divendres, 22 de maig del 2009

¿Quién, si yo gritara, me escucharía desde los órdenes angélicos?

Y suponiendo que un ángel de pronto me tomase contra su corazón:
me extinguiría ante su existencia más fuerte.

Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible, que todavía podemos soportar y admiramos tanto, pues impasible desdeña destruirnos.

Todo ángel es terrible.


Rainer María Rilke