divendres, 10 d’octubre del 2008

Rellegint al gran Federico

MALEZA


Me interné
por la hora mortal.
Hora de agonizante
y de últimos besos.
Grave hora que sueñan
las campanas cautivas.

Relojes de cuco,
sin cuco.
Estrella mohosa
y enormes mariposas pálidas.
Entre el boscaje
de suspiros
el aristón
sonaba que tenía cuando niño.

¡Por aquí has de pasar,
corazón!
¡Por aquí,
corazón!

Federico Garcia-lorca